Todos tenemos heridas y por tanto, una motivación neurótica que nos hace buscar inconscientemente aquello que anhelamos.

Puede que necesites sentirte amado, puede que tu principal objetivo inconsciente sea huir del dolor, puede que te intentes validar a través del reconocimiento del otro o que trates de evitar la traición imponiéndote sobre los demás de manera agresiva como forma de obtener el control de todo cuanto te ocurre.

Solo tú sabes internamente que es aquello que buscas desesperadamente, solo tú puedes identificar donde empezó todo, cuál fue la herida que te instó a tratar de buscar ese algo que a día de hoy te mantiene encarcelado en un ego que solo piensa en no volver a pasar por todo aquello.

Dicen que la libertad es utópica, y en parte es cierto, en el momento en el que tenemos necesidades que satisfacer dejamos de ser libres y nos sujetamos a ellas, pero ser libre de manera total y absoluta no es algo que busque el ser humano, cuando hablamos de libertad nos referimos más bien, a sentirnos satisfechos y en paz con aquello que tenemos y ocurre en nuestra vida y esto es posible si sanamos nuestro ego.

No puedes sentirte en paz si no paras de buscar en los demás lo que necesitas darte tú mismo, no se puede estar satisfecho si sientes que necesitas ser perfecto, superior o andar estimulado continuamente, en definitiva, no podemos sentirnos bien si estamos identificados con nuestro ego en lugar de con nuestro ser.

El ego es aquel mecanismo de defensa que un día nos protegió pero que se quedó instalado en nosotros y una vez pasada aquella amenaza continuó protegiéndonos a pesar de que ya estábamos a salvo.

Y cuantas más defensas tenemos, más desconectados de nuestras verdaderas necesidades estamos, es decir, menos nosotros somos y más máscara nos creemos ser.

La única manera de ser feliz consiste en conectar con ese ser que fuimos antes de que descubriéramos que el mundo era hostil y tuviéramos que protegernos bajo la capa del ego.

Y...¿ Como hacemos esto?

Empieza por descubrir cual es tu herida y observa que es aquello que buscas sentir y que no te deja ser tú mismo.

¿Buscas sentirte querido?

¿Necesitas atención constante y te cuesta estar solo?

¿Tratas por todos los medios de no parar quieto y necesitas constantemente estar haciendo o pensando algo?

¿Eres agresivo la mayor parte del tiempo y no soportas recibir órdenes de los demás?

¿ Nunca nada es suficientemente perfecto para tí, te enfada sobremanera la gente poco exigente?

¿Te sientes diferente y piensas que los demás tienen algo que a tí te falta para poder ser feliz?

¿odias el conflicto y tratas por todos los medios de evitarlo incluso dejando de priorizar tus necesidades o deseos?

La única manera de encontrarnos es a través de la introspección, trabaja en tí, responde tus propias preguntas, conoce tu mundo interior y comienza una nueva vida conectado con quien realmente eres.